TENKAICHI: LA BATALLA DEFINITIVA

En sus dos primeras entregas, la nueva colección Tenkaichi. La batalla definitiva se define plenamente y con rapidez, apuntando ya suficientes elementos destacables en la forja de su personalidad como para ponerla en la lista de la compra de todo aficionado a las tramas de torneo.
Sospecho que tanto el guionista, Yôsuke Nakamaru, como el dibujante, Kyotarô Azuma, tienen muy claro que su propuesta no puede ni quiere ser un acto revolucionario dentro del marco de las tramas de torneo y lucha que inundan el mercado del manga y atraen a muchos nuevos lectores tanto como a los consumidores más veteranos de este tipo de fábulas que tanto le deben al recientemente fallecido Akira Toriyama y su popularísima creación Dragon Ball.
Junto con esa coherencia al exponer sin trucajes y con sincera solvencia las claves esenciales de una fórmula que no deja de incrementar su número de seguidores, y como muestra de su vitalidad tiene ahora mismo en las estanterías títulos como Shumatsu No Valkyrie, Kengan Ashura y Tokyo Urban Fighter, entre otras, los artífices de Tenkaichi. La batalla definitiva, ponen ya sobre la mesa en los dos primeros números de su aventura numerosos motivos para apuntarnos al seguimiento de la colección y esperar que toda esa siembra de detalles contenida en estos dos primeros números estalle plenamente con su personalidad diferenciadora de todas las colecciones citadas en una nueva batalla interminable entre figuras memorables de la historia, la leyenda y/o la cultura popular.
NOBUNAGA: REY DEMONIO
Por el momento el prólogo de presentación de Oda Nobunaga nos engancha totalmente desplegando una imaginería visual que define en lenguaje figurado al unificador de Japón como una anciana figura demoníaca.
Entra en escena con todo el oropel siniestro del monarca que ha perdido el juicio. Decidido a irse de este mundo bañado en sangre ajena, propone un torneo para encontrar al mejor guerrero de Hinomoto, mero pretexto para ver desde su trono de cráneos, y rodeado de una corte donde abundan las figuras siniestras o disonantes que parecen salidas de una pesadilla de Mad Max, una sucesión de enfrentamientos a muerte entre los principales paladines de todos aquellos que podrían disputarle el poder.
PAISAJE AMBIGUO DE LUCES Y SOMBRAS
Claramente tras su torneo para encontrar al mejor entre los mejores se oculta una estrategia política cuyos objetivos podemos intuir y que van más allá del mero goce sensual sadomasoquista que materializa su maestro de ceremonias Mori Ranmaru, y que en todo caso ya insinúan todas las cortesanas enmascaradas que rodean a Nobunaga. De manera que ya desde estos dos primeros números queda establecido el duelo político por la sucesión en el poder que materializan Nobunaga y Tokugawa.
Con pulso firme en un dibujo detallista y enérgico que se mueve con brillantez tanto en los momentos de pausa y descripción como en los de pura acción, Tenkaichi. La última batalla, nos atrapa en un paisaje de sangrienta decadencia recargada de motivos visuales inquietantes y páginas en las que se define ese duelo entre el caos y el orden a través de la luz y las sombras, en un juego de blanco, negro y grises que astutamente va saltando de un bando a otro, de un luchador a otro, ya en el primer duelo brutal y sangriento entre Honda Tadakatsu y Miyamoto Musashi.
PROMESAS DE UCRONÍA
Se estable así ya desde el primer momento la premisa de que el duelo entre los paladines es un espejo cambiante que lleva al espectador a un juego de empatía enfrentada en indecisa hacia los combatientes. En ese escurridizo y cambiante paisaje de empatía se refleja la inseguridad e indefinición que define ese momento clave de la historia del país, significativamente subrayado por un aviso que se repite y se constituye en otra clave inquietante de intriga para la trama. Una clave de ucronía o historia en paralelo resumida en la clave: Esto no se trata de la historia ya conocida por todos.
No podemos dar nada por sabido o por supuesto. Una propuesta que se extiende al propio uso de la fórmula de torneo en la que se desarrolla esta colección que despliega un arrollador juego de primeros planos en los momentos clave en el desenlace del primer combate, un buen uso de la introducción fluida del flashback que abre el paisaje de la trama al pasado de los personajes, ampliando el arco de presentación, viaje y desarrollo de estos, y un demoledor despliegue visual en las partes acción más sangrienta.
Todo ello hace de Tenkaichi. La batalla definitiva un auténtico pura sangre capaz de competir en igualdad de condiciones, y en algunos momentos incluso superar otras propuestas del manga de torneos editado actualmente en España.
Miguel Juan Payán

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