EL CABALLERO NEGRO

Motofumi Kobayashi

Esta semana les traigo un manga bélico. Bueno quizá lo de manga bélico esté mal dicho y sería mejor emplear “Gekiga” que podría traducirse como “imagen dramática”. Es un término parecido al de “novela gráfica” que ideó Will Eisner para diferenciar su obra de los comic-books. Ya saben el famoso “cómic adulto” del que nos hablaban constantemente en las revistas de la editorial Toutain. Es un término nuevo para mí y lo he aprendido en un texto que escribió Mamoru Oshii para éste tomo de la editorial Glénat titulado “El caballero negro” obra del gran Motofumi Kobayashi. Con él se refiere Oshii a la obra que les traigo hoy en lugar de usar el más conocido de “manga”. Oshii es director de cine y escritor y su texto para éste tomo no tiene desperdicio como tampoco lo tiene el del propio Kobayashi que recuerda parte de su biografía y los tiempos en los que realizó éste magnífico cómic bélico.

Se publicó por primera vez por capítulos en la revista de modelismo “Monthly Hobby Japan”. Lo cierto es que siempre me llamó mucho la atención el modelismo y en su momento compré varios números de la desaparecida revista “Modelismo e Historia”. Y el modelismo no tiene nada que ver con las pasarelas o la ropa de moda sino que se refiere mayormente a construir maquetas. Ya saben, compras una caja que trae un tanque, perdón, carro de combate en varias piezas de plástico que tienes que pegar y luego pintar y decorar con calcomanías. De chaval me flipaba ése mundillo y no ha sido hasta que he llegado a la edad adulta cuando he hecho algunos pinitos en él. Pocos, la verdad. Lo cierto es que no he pasado de montar un Panzer del Áfrika Corps y volver a comprar un par de cajas con soldados de ése cuerpo y una tienda de campaña que venía con un radio operador. Todo era de la marca japonesa Tamiya y los dos últimos los compré porque los tuve de chaval y quería montarlos bien ya que los estropee la primera vez que los tuve. Recuerdo que en la revista “Modelismo e Historia” también comenzaron a publicar cómics históricos como el de Kobayashi, en concreto uno sobre pilotos durante la Guerra Civil Española. A saber dónde estarán esas dichosas revistas, me gustaría echarles las córneas hoy en día.

Volviendo al cómic bélico de Kobayashi está muy documentado e incluso en su texto del volumen se lamenta de haber cometido un error en cuanto a la efectividad del blindaje de un carro de combate Stalin que todavía lamenta a día de hoy. Si por algo han destacado los japoneses es por el empeño que le ponen al detalle y a la correcta descripción de vehículos como naves espaciales, coches, motos, carros de combate o robots gigantes. Todo lo que sea tecnología se les da muy bien y suelen recrearlo a la perfección. Y eso es lo que ocurre en éste manga, perdón, gekiga sobre un grupo de tanquistas alemanes que intenta sobrevivir al avance ruso en el frente de Polonia durante la última parte de la Segunda Guerra Mundial. Además trae ocho páginas profusamente ilustradas con datos sobre los ejércitos que participaron en la campaña que describe en el cómic e incluso una genealogía de la familia del protagonista.

Motofumi Kobayashi tiene además la particularidad de ser el primer dibujante japonés en trabajar en una serie para Marvel Comics titulada “Psychonauts” cuyos guiones corrían a cargo de Tony Luke y Alan Grant, éste último un viejo conocido para los aficionados de personajes como el Juez Dredd, Lobo o Batman. Kobayashi tiene también otros títulos bélicos a destacar como “Kampfgruppe ZBU”, “Operación Barbarroja”, “Vietnam War”, “Omega 7” o “Cat Shit One” una extraña versión de la Guerra de Vietnam protagonizada por conejos.

Así que no pasen por alto éste cómic que interesará por igual tanto a aficionados a la historia como a los fanáticos del cómic bélico. O simplemente a los que disfruten con un buen gekiga.

TELLY CHAVALAS

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